Si cuando estudiamos estamos con una actitud pasiva ante la materia será muy difícil de recordar después. Cuando nuestra actitud es pasiva, significa que no nos involucramos con el contenido, nos da igual que el tema sea de mate, que de química o de literatura, estamos como meros receptores de estas palabras que nos mandan repetir y sin extraer nada más.
Muchas veces ni siquiera sabemos decir qué es lo que tenemos que estudiar y no llegamos a entenderlo. Esta forma de estudiar es muy aburrida y al cabo del tiempo bastante improductiva, deja una sensación de tiempo perdido
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Realmente es difícil para un estudiante adolescente que la materia que tiene que estudiar sea importante para él y tenga un interés mínimo en ese tipo de información. Realmente a esa edad los intereses están en otro lado, y es lo normal.
La clave está en conseguir implicarse con la información del tema, ser un agente activo que interpreta lo que dice el libro o los apuntes para extraer lo que es importante y comprender de una manera profunda el texto. Eso es verdadero aprendizaje, comprender lo que ha pasado en marzo de 1941 en la antigua Unión Soviética, saber explicarlo a alguien y llegar a relacionarlo con lo que aparece hoy en el periódico. Eso es una implicación con el tema de la segunda guerra mundial, por ejemplo. Esta forma de estudiar es mucho más amena y su resultado dura mucho más en el tiempo.
Con el programa Estudiar con sentido aprenderás a usar técnicas activas de estudio que te ayuden a integrar el tema, encontrarle un sentido y recordarlo durante más tiempo.
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