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Tantas familias, con la mejor de las intenciones, recomiendan a los estudiantes que tienen en casa que se pongan a estudiar al terminar de comer para aprovechar mejor el tiempo, terminar antes y así tener la tarde libre.
Es probable que a alguna persona le vaya bien esta recomendación, pero la mayor parte de las personas tendrán dificultades. Justo después de comer, nuestro cuerpo se centra en la digestión, y toda nuestra actividad baja para facilitarlo. Hay personas que necesitan una siesta y otras solo con bajar la actividad y la intensidad es suficiente. Hay muchas variables que influyen como hora, lugar, tipo de comida, etc.
La variable personal es la que podemos atender. Si notas que al terminar de comer estás al 100%, perfecto, pero si necesitas un descanso, es mejor que pares y atiendas la necesidades de tu cuerpo. A veces es suficiente con 5 minutitos de sofá, o con un descanso mayor sin dormir, o una breve siesta de 5 minutos… Lo importante es conocer tu cuerpo y adaptarte a él, si necesitas descanso, la mente no va a estar disponible para concentrarte en el estudio.
Por así decirlo, de una forma simplificada, es como si la mente se apagase o se pusiese en modo eco, para que el cuerpo se centre en la digestión. Son procesos inconscientes, que lo notarás en que si estudias a esa hora tu concentración será menor.
No debemos recomendar una hora determinada de estudio, aunque sea la que me va mejor a mí, porque cada persona es diferente y lo que necesita es aprender a escuchar su cuerpo y tomar las decisiones que mejor le convengan con esa información. Así se harán productivos de verdad, sabiendo cuál es su mejor hora de estudiar y que nadie se la tenga que decir.
Con el programa Estudiar con sentido aprendemos a encontrar tus horas más productivas, para que el tiempo que te pongas a estudiar lo aproveches al máximo.